Todavía recuerdo a Teresa, la chica de los ojos marrones, la verdad se notaba que no era una niña pija de fabrica, pero nada mas verla ya me cayó mal, pero me da igual ella, yo solo puedo pensar en la surfista.

Estoy esperando a que venga, son las nueve de la noche, a estas horas suele remar un rato, me gusta mucho verla machacarse hasta estar agotada. Verla con su bikini  rojo sangre y su pantalón, me apuesto lo que sea a que los muslos los tiene blancos, llevo dos meses viéndola  siempre los lleva.

Pero ya me he cansado de hablar de ella, necesito pensar en mi mismo, veo mi reflejo en el agua, hoy el mar esta tranquilo. Siempre que conozco a alguien me dice "bonitos ojos", me gustaría contestarles " pues a mi no me gustan" pero no quiero parecer borde.

Tengo el pelo negro, largo, como lo llevan todos. La verdad muchas veces no me reconozco cuando me veo en el espejo. Mis padres tienen mucho dinero, bueno mi padre, siempre a querido que sea como él, no aprueba que haga surf, solo lo acepta si me pagan por ello, apenas puedo surfear, me paso el día estudiando, pareciendo el hijo perfecto delante de los amigos de mi padre.

Mi madre nunca dice nada, tiene miedo a que mi padre le corte el grifo. Para ella lo más importante es llevar el ultimo abrigo de Giorgio Armani. Siempre me han dado todo y yo no lo quería, vivimos a las afueras en una enorme casa. Mi cuarto es enorme, casi como una planta de una casa de tamaño normal.

Me encantaría hacer lo que yo quisiese y poder decirle a mi padre, que yo no quiero ser como él, que quiero entrar en el circuito profesional pero no puedo, le tengo miedo.

Hoy ha sido un día agotador, en el camino a casa iba muy  nerviosa, por fin conocería a Tessa, y volvería a ver a mi pequeña Eva.

En cuanto e visto a Tessa, he visto algo en ella, que me recordaba a mi, era algo extraño, ya que tenemos la misma edad pero no se, me recuerda a mi.

He estado hablando con ella, la verdad se me a echo extraña la reacción que a tenido cuando a visto a Tom, la mayoría de las chicas se vuelven locas al verle y ella estaba más bien molesta por que estuviese allí, pero no he querido sacar el tema.

Me encanta como ha decorado su habitación y lo más flipante es de quien es hija, su padre es buah! el mejor,  fue el mejor surfista de sus tiempos y un gran empresario, pero tuvo un final fatal.

Me alegro de que Marta la halla adoptado, todavía recuerdo el día que llegue aquí con Eva. Aunque no seamos hermanas de sangre, desde el día que ella llego al orfanato cuide de ella, y siempre hemos estado juntas.

La verdad, no me apetecía estar con nadie, me encerré en mi cuarto después de conseguir que Tina se fuese, yo creo que la verdad, veía que me apetecía estar sola.

Hace apenas dos meses que estoy aquí, y todavía no tengo amigos, vale lo admito. Soy un poco rara, prefiero pasarme un día entero viendo caer la lluvia desde el cielo gris, a ir a una fiesta donde todas las chicas van con elegantes vestidos dorados y zapatos de más de 10 cm de altura.

También me gusta pasarme horas tumbada en el césped verde del jardín sin hacer nada a ir de fiesta.

Las fiestas no me gustan, no se el porque, simplemente soy rara.

Me levanto del suelo, donde prefiero tumbarme antes que en la cama ¿Por que? por que en la cama me relajo y no pienso en mis problemas, sino en lo que me gustaría echarme una siesta.

Me miro al espejo, lo primero que veo son mis ojos marrones, la chica de los ojos marrones, pero mis ojos en invierno, junto con mi pelo cambian de color, no penséis que pasan del marrón al rojo, no del marrón al negro, es algo que me encanta por que cuando veo a alguien solo en verano me llama la chica de los ojos marrones, pero si es en invierno, me llama la chica azabache.

La verdad me daba igual como me llamasen, excepto Teresa, ni mis amigos, ni  "mi familia" nadie, pero los profesores no lo entienden.

También veo mi largo pelo marrón, ondulado, pero si paso mucho rato se riza, por la sal, supongo.

Llevo flequillo, de lado, que me tapa la mitad de la frente y oculta mi pequeño pircing en la ceja. Mi cuerpo es normal, algo rellenito, pero me gusta así, no me obsesiono con las calorías, si me quiero tomar una tableta de chocolate con leche pues me la tomo sin problemas.

Sigo mirándome en el espejo, la verdad no me gusta mirarme en los espejos, tampoco se el porque.

Pero estoy haciendo un esfuerzo, porque si alguien esta leyendo esto, es que a cogido mi diario, y la verdad me parece muy feo, pero la faena ya esta hecha.

Vale, ya me he cansado de mirarme al espejo, cuando me doy la vuelta lo veo, si mi pequeño tatuaje detrás de la oreja, una L al cuadrado, por mis padres. Cuando me dijeron que había una familia que pensaba en acogerme, temí que intentaran borrar el recuerdo de mis padres, por eso me lo tatué, si lo se, me he echo un tatuaje en contra de la ley, sin el permiso de mi tutor, pero necesitaba hacerlo, y lo tatué en un sitio donde se viese pero no mucho.